Lo ha dicho Eduardo Chillida, escultor.
"El artista sabe lo que hace, pero para que merezca la pena debe saltar esa barrera y hacer lo que no sabe."
La frase de Chillida, es una reflexión profunda y cargada de significado.
Vamos a reflexionar sobre ella y ver qué nos quiere decir este genio del arte.
Chillida empieza con algo obvio, pero crucial: "El artista sabe lo que hace".
En otras palabras, un artista debe tener un conocimiento sólido de su oficio.
Es la base de cualquier carrera artística, ya sea que hablemos de escultura, pintura, música, o cualquier otra forma de arte.
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Este conocimiento no solo incluye técnicas y habilidades, sino también una comprensión profunda de los materiales, los procesos y, en muchos casos, la historia y teoría del arte.
Para muchos artistas, este es el primer gran reto: dominar su disciplina hasta el punto de poder expresar sus ideas y sentimientos de manera efectiva.
Sin este dominio, es difícil que un artista logre comunicar algo significativo.
Cuando Chillida habla de saber lo que hace, se refiere a esta etapa crucial de aprendizaje y perfeccionamiento.
Pero, Chillida no se queda ahí.
Dice que "para que merezca la pena debe saltar esa barrera y hacer lo que no sabe".
Aquí es donde entra el verdadero desafío y, me atrevería a decir, la verdadera magia del arte.
Saltar la barrera significa arriesgarse, salir de la zona de confort y aventurarse en lo desconocido.
Este salto implica explorar nuevas ideas, técnicas, y quizás hasta nuevos medios de expresión.
Es el momento en que el artista deja de seguir un camino seguro y predecible y se lanza a lo desconocido.
Este riesgo es esencial para la innovación.
Sin riesgo, el arte se estanca, se vuelve repetitivo y pierde su capacidad de sorprender y emocionar.
Hacer lo que no se sabe es enfrentarse a lo impredecible, a lo incierto.
Es en este terreno donde el verdadero arte puede florecer.
Cuando un artista se permite a sí mismo explorar lo desconocido, abre la puerta a la creatividad pura y sin restricciones.
Este proceso puede ser aterrador y, muchas veces, está lleno de fracasos.
Pero, esos fracasos son parte integral del viaje creativo.
Cada error, cada tropiezo, aporta una lección y una nueva perspectiva.
La frase de Chillida también resalta la importancia del equilibrio entre técnica y creatividad.
Un artista necesita una base técnica sólida, pero también debe tener la valentía de romper con lo conocido y experimentar.
Es en este equilibrio donde se encuentran las obras maestras.
La frase de Chillida es un llamado a la valentía, a la creatividad sin límites y a la constante búsqueda de lo nuevo.
Y en ese viaje, aunque a veces esté lleno de incertidumbre, es donde reside la verdadera esencia del arte.
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